14 junio, 2014

Carta a tu recuerdo

Te presentas ante mi y sonríes, y al instante me llenas de vida. Y no es poca cosa, porque si tan sólo con esa mueca de tus labios, puedes hacerme sentir y emocionarme, no puedo imaginarme que será el tener tu cuerpo a mi lado.
Podría hablar de tu delicado cuello, tan frágil entre mis manos, pero con la fuerza suficiente para soportar mis caricias y que allí mueran todos mis besos.
O podría dedicarme a alabar tu cintura. Esa escultura a la que mis manos se amoldan de manera perfecta, sin que nos sobre o falte piel.
Si quieres te hablo de esas, tus piernas, las cuales no me canso de recorrer con mis torpes dedos y en las cuales, descubro todos los rincones de este mundo, por los cuales has dejado marcados tus pasos.
Pero para mi, son más importantes tus manos. Las cuales sostienen mis lágrimas e impulsan mis alegrías, esas pequeñas que, sin tocar un sólo centímetro de mi cuerpo, hacen que este pobre diablo, vuele.